sábado, 12 de noviembre de 2016

Equipo joven trabaja en Alalay y es responsable de 5 reservas más

Cinco profesionales de entre 27 y 35 años conforman el Departamento de Gestión de Recursos Naturales de la Alcaldía de Cercado, que es responsable de la laguna Alalay y cinco reservas naturales más del municipio: Coña Coña y Quenamari, la serranía de San Pedro, el río Rocha y parte del Parque Nacional Tunari.

Se trata de los biólogos Dennis Soux (35 años) y Gabriela Chávez (27); los ingenieros ambientales Sofía Vexina (34) y Gabriel López (35); y el ingeniero civil Ariel Carata (28).

Todos asumieron más del 90 por ciento de responsabilidad en la aplicación del Plan de Emergencia para Salvar la Laguna Alalay, que se aprobó hace seis meses, luego de la muerte de centenares de peces en el lugar.

Al margen de esa labor, los profesionales garantizan la guardia ambiental de la serranía San Pedro, monitorean periódicamente la calidad de agua del río Rocha y se ocupan de la limpieza de torrenteras y forestación de lagunas, entre otras tareas.

No es un equipo con trayectoria en el ámbito público, pero sí en el académico. Dos ocuparon cargos en la Gobernación en gestiones pasadas: Gabriel López, que actualmente es jefe del Departamento de Gestión de Recursos Naturales, en 2008 trabajó en la unidad de Planificación del Gobierno Departamental, mientras que Dennis Soux se ocupaba de la fauna silvestre en la misma entidad.

El resto trabajó en instituciones académicas y organizaciones privadas, pero desde que asumió el cargo público cumple funciones incluso fuera de horario, con el objetivo de abarcar las seis reservas naturales que están bajo su responsabilidad.

Para Dennis Soux, el equipo no es suficiente, pero, “cuando haces lo que te gusta, no se siente la carga laboral”.

Y es que, además de diseñar proyectos, los profesionales se encargan de ejecutarlos, buscar proveedores, cotizar y otras tareas que, en criterio de Soux, se alivianarían si habría un administrador.



GESTIÓN La mayoría del equipo joven está hace poco más de un año en el cargo. Otros aún no cumplieron ese período laboral. Lo cierto es que no fue una gestión fácil, pues en septiembre de 2015 enfrentaron un voraz incendio en la laguna Alalay, que arrasó con al menos 30 hectáreas de totorales y mató a varias especies silvestres.

El jefe del Departamento de Gestión de Recursos Naturales, Gabriel López, recuerda que en ese entonces hizo de bombero y guió a toda una tropa de guardias. “Nos entramos a combatir el fuego con palas”.

Luego de ese destare ecológico, en marzo de 2016 sucedió la muerte masiva de peces. Entonces, la responsabilidad laboral se incrementó para el equipo porque, en coordinación con el Comité de Recuperación, Mejoramiento y Preservación de la Laguna Alalay (Crempla), se desarrolló un Plan de Emergencia con 17 puntos.

Entre las tareas que les asignaron, en coordinación con la Gobernación y la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), estaba la limpieza de especies muertas, la oxigenación de la laguna y el monitoreo de la calidad del agua.

Según López, el equipo de profesionales se encargó de realizar los perfiles de proyectos y términos de referencia para la mayoría de los puntos del plan. En el proceso, el Crempla realizó observaciones a su trabajo, pero fueron subsanadas hasta su aprobación.

López señaló que, si hubo la demora en la ejecución de ciertas tareas para el salvataje de la laguna Alalay, se debió a procesos burocráticos. “El Crempla exigía que todos los documentos que presentábamos pasen por la MAE (Máxima Autoridad Ejecutiva). Es decir, el alcalde Leyes”, lo cual implicaba más tiempo.



COMPROMISO En medio de estas dificultades, el equipo está comprometido con el desafío de salvar la laguna. Una “pieza clave” en el proceso es la bióloga Gabriela Chávez que, a sus 27 años, es experta en la identificación de algas y ecosistemas acuáticos. Una clase de alga diatomea fue descubierta por esta profesional y en mérito a ello lleva su apellido.

Su colega, la ingeniera ambiental Sofía Vexina, antes de ingresar a la institución pública creó la Fundación Gaya Pacha.

López tiene 12 años de experiencia en el área carretera y ambiental. Por su lado, Carata tiene trayectoria en proyectos de ingeniería civil.


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