domingo, 25 de enero de 2015

Alrededor de 30 millones de peces agonizaron y murieron en el lago Poopó

El pasado 18 de noviembre en el lago Poopó ocurrió una tragedia ambiental sin precedentes. En el lado de la comunidad Untavi del Municipio de Toledo murieron alrededor de 30 millones de peces y unas 500 aves silvestres de diferentes especies. El Servicio Departamental de Agricultura y Ganadería (Sedag) en su informe señala que en el sector del suceso las aguas no muestran residuos de contaminantes. Asimismo señala que una hipótesis es que el cambio climático provocó la reducción del agua; ésta se habría calentado lo que generó menor oxigenación en el lago para los peces. Sumado a esto, una ráfaga de viento de alrededor de 70 kilómetros por hora arrastró a los peces a la orilla, de donde no pudieron volver por la falta de oxígeno, quedando en el suelo agonizando.

Consultando al Lic. Hugo Mollinedo Zurita, director del Servicio Nacional de Meteorología (SENAMHI), sobre el comportamiento climático en el sector (Estación Orinoca), dice que la temperatura máxima entre el 5 al 9 de noviembre llegó a unos 26,4 grados centígrados, siendo las máximas durante el mes de noviembre, y que el 9 del mismo mes la velocidad máxima del viento fue de 65,5 Km/h, siendo una las más fuertes del mes.

La Gobernación del Departamento de Oruro, realizó un monitoreo sobre este hecho y hará conocer su informe durante los próximos días. Otras instituciones, como el Programa Cuenca Poopó y la Secretaría de Madre Tierra y Medio Ambiente no se manifestaron aún.

Por otro lado, investigadores del Instituto de Desarrollo y Ambiente (IDA) de la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias de la UTO dijeron que efectivamente el mes de noviembre ha sido el más caluroso de todos los años y que no es la primera vez que pasa algo similar. La pasada gestión del 2008 en el lago Uru Uru se produjo un hecho catastrófico en el cual murieron cientos de miles de peces, pero a esta denuncia nadie hizo caso. Es de prever que este desastre pueda volver a producirse en los próximos años, tal vez con más frecuencia y dureza.

La catástrofe pudo haberse producido por dos causas: la primera es que se debe al cambio climático, lo que ha provocado el incremento de la temperatura del agua en el lago. Este se denomina contaminación térmica. El aumento de temperatura en el agua afecta los procesos vitales que implican reacciones químicas y la velocidad de éstas. Por ejemplo, un aumento de diez grados centígrados puede doblar la velocidad de una reacción. Los organismos acuáticos de sangre fría, como los peces, no pueden regular la temperatura de sus cuerpos de modo tan eficiente como los animales de sangre caliente. Los peces aceleran todos los procesos y ajustan la necesidad de oxígeno y la velocidad de reacción al medio ambiente donde viven. La necesidad aumentada de oxígeno en presencia de altas temperaturas es particularmente grave, puesto que el agua caliente posee una capacidad menor para retener oxígeno disuelto que el agua fría. Además, cambios en la temperatura del agua pueden afectar la actividad y la velocidad de la natación con una reducción en la capacidad para cazar su alimento. Esta inactividad resulta más crítica porque el pez necesita más alimento para mantener su velocidad metabólica en aguas más calientes.

Otro de los efectos de la contaminación térmica es que las temperaturas altas son más favorables para organismos patógenos. Una frecuencia baja de enfermedades en los peces puede convertirse en una mortalidad masiva de los mismos al hacerse los patógenos más virulentos y los peces menos resistentes por el aumento en la temperatura del agua, manifestaron el equipo de investigación.

Complementado a esto, Senamhi indica que hubo fuertes vientos, altas temperaturas y una precipitación casi cero, lo que produjo la reducción del espejo de agua del lago Poopó. Es normal que el espejo del agua del lago se extiende en épocas de lluvia y se reduce en épocas de estiaje (que es en esta época del año), pero este año han sido fenómenos extremos.

Asimismo, los investigadores indican como posible segunda causa que el calentamiento del agua del lago haya disuelto los metales pesados presentes en el lago, que tiene agua altamente salina y tiene una concentración de sólidos suspendidos y disueltos que se encuentran por encima de los límites permisibles. Las concentraciones de arsénico, plomo, cadmio y zinc también están por encima de los límites permisibles al lago ingresan por los ríos tributarios alrededor de 3 mil toneladas por día entre sólidos suspendidos y metales pesados (As, Pb, Cd, Zn). Es decir, el agua del lago es altamente salino y dentro de ella se encuentran estos metales pesados; al calentarse se activan mientras que el agua se evapora, lo que aumenta la peligrosidad del lago.

Además el incremento de temperatura en el agua puede:

Alterar la composición del agua, disminuyendo su densidad y la concentración de oxígeno disuelto.

· Aumentar la susceptibilidad de los organismos del sistema a cualquier contaminante, ya que el metabolismo de los organismos debe hacer cambios para soportar el estrés de tener que sobrevivir a una temperatura anormal.

· Reducir la viscosidad del agua y favorecer los depósitos de sedimentos.

· Afecta el olor y el sabor de las aguas debido a la disminución de la solubilidad de los gases.

Según lo indicado por IDA, se han realizado ya varios estudios en los dos lagos Poopó y Uru Uru en los cuales se han propuesto algunas soluciones para la problemática global de los lagos, como por ejemplo:

· Implementar un observatorio agroambiental para monitorear la cantidad y calidad del agua, sedimento, flora y fauna del lago. A través de ella se tendrá una información oportuna y fidedigna.

· Controlar las descargas de los afluentes de las actividades mineras en los ríos tributarios de los lagos.

· Restringir la utilización irresponsable de inmensas cantidades de agua de los ríos que alimentan los lagos, para el llenado de tajos y en las operaciones mineras.

· Realizar tratamiento de aguas de las minas antes del ingreso de esas aguas a los lagos y hacer cumplir lo establecido por la ley ambiental.

· Implementar un Centro de Manejo del lago Poopó y Uru Uru, coordinado entre las diversas instituciones que tienen que ver con el lago.

· Estudiar el aprovechamiento del uso de energía del viento (eólica), del agua (hidroeléctrica) y del sol (solar).

Cada uno de nosotros nos encontramos consternados cuando existe una catástrofe, luego nos olvidamos. Ojalá que este hecho no sea uno más de ellos y que de verdad actuemos para preservar nuestro recurso natural. Es de temer que esta tragedia incremente la migración y la dispersión de la nación Uru y de las comunidades lacustres, ya que ellos mayormente viven del lago.

De todos modos podemos asegurar que las comunidades que se encuentran en las zonas aledañas a una actividad minera, no solo sufren la contaminación de sus aguas, suelos, vegetación por las actividades mineras, sino también del proceso de los cambios climáticos. Estas zonas son más vulnerables siempre a riesgos y desastres ambientales como el que ha ocurrido con el lago Poopó

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