lunes, 8 de diciembre de 2014

Rolf Köhler Perrogón - DIRECTOR EJECUTIVO DE LA AUTORIDAD DE FISCALIZACIÓN Y CONTROL DE BOSQUES Y TIERRA (ABT) -

Afirma que no hay que temerle a la expansión de la frontera agrícola, pero sin violentar las leyes. Dice que hay tareas pendientes en lo institucional como la falta de personal y logística.

¿Cómo evalúa su tiempo como director de la ABT?
Estoy un mes y una semana. Estoy tratando de entender por qué el sector forestal boliviano ha venido disminuyendo su participación en el PIB. Estamos exportando en madera no más de $us 60 millones. La castaña mueve más de $us 65 millones. Entonces, a diferencia de la agricultura, que representa el 14% en PIB, tenemos un sector forestal con menos del 3%.

¿Se reunió con el sector?
Con todos. Cámara Forestal de Bolivia (CFB), CAO, Anapo, Cidob, dirigentes indígenas, industrias, campesinos, políticos. El desafío es cómo colocamos el sector forestal en la agenda política y económica del país, que no está colocada. Así como vemos para el sector agrícola, por ejemplo, el presidente y el vicepresidente hablando de ampliar la frontera agrícola, del potencial que tiene Bolivia como exportador de alimentos, no vemos al sector forestal en la agenda económica ni política del país. Porque, bueno, la participación en el PIB es prácticamente un residual. Hay que hacer un gran pacto social. Ponernos de acuerdo entre los indígenas y campesinos que tienen entre el 70 y 75% del bosque.
A partir de la reunión con la CFB, ¿cuáles son las prioridades que ha identificado?

Vamos a luchar para que aquellos que cumplen la norma puedan ser beneficiados a través de la ASFI con la banca. Así como el Gobierno ha puesto como política pública un apoyo de los bancos que sí o sí tiene que dar créditos para vivienda social y para agricultura, también tiene que haber una política pública para el sector forestal. Tiene que haber una alianza público-privada para que podamos lanzar el sector forestal como parte de la diversificación de la economía boliviana. Porque, fíjese, el gas se termina el 2025. Claro, tenemos más de 40 proyectos exploratorios que hay probabilidades de éxito, pero son posibilidades. Lo real es que el gas se va a terminar el 2025. Si en este periodo de bonanza no diversificamos la economía con un sector exportador fuerte en el tema de los alimentos y el forestal, habremos repetido la historia de la generación de bolivianos que le tocó vivir la bonanza de la plata, del estaño, de la goma, del guano; o sea, nos habremos convertido en una generación de bolivianos inútiles.

¿Cómo se ha zanjado el tema entre Fegasacruz y la ABT con el proyecto de repoblamiento ganadero, habida cuenta de que las relaciones estaban rotas?
No conozco realmente en qué medida las relaciones se malograron anteriormente. Pero sí nos hemos reunido internamente para considerar ese pedido de las 200.000 hectáreas de pastura en la Chiquitania que tiene el sector productivo en Santa Cruz. Con la ley en la mano, tanto con ley PLUS, como con el decreto, se pueden abrir las 200.000 hectáreas con estudios de microcaracterización y eso es lo que vamos a hacer. Con esos estudios vamos a detectar qué suelos tiene potencial para hacer pastura. Vamos a estudiar también los volúmenes forestales y de esa manera vamos a abrir las 200.000 hectáreas en la Chiquitania de manera organizada.

¿El proyecto va?
El proyecto va.

¿Desde cuándo empezará de manera práctica?
La semana pasada hemos terminado el estudio para ver en qué áreas se va a abrir las 200.000 hectáreas. Estamos con el estudio concluido y nos reuniremos con el sector productivo para informar de qué manera se abrirá. Lo importante es hacerlo de manera ordenada y no caótica.

¿Cómo es su relación con los líderes del sector agroproductivo cruceño?
Lo que he hecho durante este mes es abrir totalmente las puertas de la ABT no solo al sector empresarial, sino sobre todo mi preocupación es el sector indígena y campesino que no tiene dinero, no tiene tecnología. Si queremos desarrollar el sector forestal, necesariamente pasa por potenciar el sector indígena y campesino. Por el otro lado, mi relación con el sector empresarial, llámese CAO, Fegasacruz, Anapo y Cámara Forestal, ha sido de manera franca y abierta en el sentido que le hemos manifestado que vamos a trabajar siempre con las leyes.

¿Ha recibido alguna instructiva del vicepresidente Álvaro García Linera de cómo actuar para expandir la frontera agrícola?
La conversación que hemos tenido con el vicepresidente ha sido franca y lo primero que hemos tocado es que debe haber un respeto a las leyes y a las normas. Pero, por otro lado, Bolivia tiene derecho a de- sarrollarse. Entonces, como política de Estado, hay la necesidad de diversificar la economía, ampliar la frontera agrícola, aumentar la agroindustria, las exportaciones, pero siempre de forma equilibrada, de acuerdo a las leyes bolivianas

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