domingo, 26 de octubre de 2014

Reciclaje de botellas plásticas a muebles de madera




En plena plaza de San Miguel, un domingo soleado por la mañana, un niño busca dónde botar su botella plástica, hasta que en una de las esquinas divisa a un joven, quien junto a un grupo de voluntarios scouts del Loyola San Calixto, acopia papel y plástico en un par de botes: uno azul y el otro amarillo

La gente se acerca a preguntar por lo que almacenan, mientras un scout del Amerinst deja una gran bolsa, de ésas que miden 1 metro 50 centímetros, repleta de botellas pet. “Los scouts están para ayudar, así que cuando podemos juntar fuerzas para el medio ambiente, siempre estamos ahí, dispuestos”, señala Sergio Goyzueta.

Por otro lado, los scouts del grupo Loyola San Calixto se encargan de sensibilizar a la gente que circunda el lugar sobre el reciclado. “Nosotros hablamos a las personas acerca del reciclaje, les damos estos volantitos, les explicamos de qué trata, les pedimos materiales que pueden reciclar, y también nosotros recogemos bolsas, plásticos, pilas, botellas que encontramos en los lugares”, dice entusiasta una de las voluntarias scout, Laura Heredia. Las casas y los restaurantes también forman parte de esta campaña gracias a la iniciativa de estos muchachos, quienes son los que van a recoger los residuos los domingos por la mañana.

El joven que los acompaña, y que no está vestido con la tradicional ropa de scout, es Pedro Mullisaca. Él trabaja en la Planta de Alpacoma, donde se separan los residuos, y los domingos espera en la plaza de la 21 de San Miguel de 08.00 a 13.00, a las personas que quieran dejar sus desechos plásticos o de papel.

Mullisaca cuenta que fue capacitado por la Alcaldía para la separación de residuos y se unió al proyecto de reciclaje desde julio porque es una gran iniciativa para el cuidado del medio ambiente.

Separando residuos sólidos

Una vez realizada la colecta, todos estos residuos son transportados precisamente a Alpacoma, para que sean separados por color o tipo, tanto el plástico como el papel. Según Rubén Ledezma, director de Gestión Ambiental del Gobierno Municipal de La Paz, “esta planta tiene el propósito de separar los residuos para que nosotros le demos el destino final”.

El camino hacia la planta es largo desde el centro de La Paz, dura aproximadamente una hora. Cuando se arriba a destino, un grupo de mujeres y de hombres se encuentra parado frente a una cinta donde residuos de plástico y de papel se deslizan. De allí aprovechan para alzar el material y separarlo según su tipo, en grandes bolsas que se encuentran en el piso. “Hacemos una separación especial con las botellas pet porque son las que más valor tienen”, aclara Sergio Rassmusen, administrador de esta planta, ya que de acuerdo con lo que dice Ledezma, la gente está utilizando las pet para hacer fibras sintéticas, bolsas de tela y chompas polar, “por eso son muy requeridas, son muy buenas para trabajar, por otro lado este material tarda demasiados años en descomponerse, por lo que resulta dañino”.

Las pet son comprimidas en una máquina prensadora que las convierte en packs de aproximadamente 100 kilos, bloques que además se diferencian por los colores blanco, azul y verde.

Queda por visitar la Planta de Plastimadera, donde todo el plástico es convertido en madera. Las instalaciones están en Emaverde, la Empresa Municipal de Áreas Verdes, Parques y Forestación.

Conversión de plástico en madera

“Aquí culmina la campaña de reciclaje que ejecuta el Gobierno Municipal de La Paz”, apunta Julio Linares, gerente de Emaverde. “El reciclaje de plásticos de botellas pet y de polietileno de baja densidad que se encuentra en las bolsitas de yogurt, de chicolac, etc., culmina en el proceso de la plastimadera, “que es un proyecto del Gobierno Municipal de La Paz asumido por Emaverde”.

El proceso en esta planta comienza en la picadora de los plásticos, para que una vez mezclados entren al horno y se formen las láminas de plastimadera. “La idea es hacer estas láminas y producir la plastimadera que es un sustituto ecológico de la madera, es un material que es reciclado y reciclable”. Los moldes donde se pone el plástico picado tienen una capacidad de 80 kilos que puede ser de 15 a 35 milímetros de espesor, explica Hugo Lamas, encargado de Plastimadera.

Luego, éstos son ingresados al horno, previamente calentado 15 minutos, a una temperatura aproximada de 200 a 230 grados. El molde entra en la parte central del horno y en esa posición se lo deja de una hora a hora y media, dependiendo del espesor del material para que se funda, como el pan de cada día lo hace con la harina.

Este horno, a su vez, tiene una circulación de agua para que pueda enfriar. Al mismo tiempo que se está prensando, el material se enfría.

Después se pasa al desmoldaje del producto, una tabla cuyas medidas son de 2,50 metros por 1, 25, y en este caso de 15 a 25 milímetros de espesor. Los tableros de plástico son productos iguales a tablones de madera, por lo que se los trabaja de la misma manera.

“Tenemos una sierra circular, que los corta en diferentes tamaños para el mobiliario, donde necesitamos tableros de 20 x 40. Cortamos la placa porque se la trabaja de la misma manera como se lo hace con la madera, se la puede cepillar, se la puede barnizar y hasta pintar”.

Con la madera producida con el plástico, se hará mobiliario escolar, mobiliario urbano, mobiliario doméstico y para oficinas. El proyecto de corto plazo es el proporcionar de sillas y mesas a las escuelas.

“Vamos a comenzar este año con el ciclo secundario, vamos a producir alrededor de 2.000 piezas entre bancas y sillas que esperamos entregar en noviembre a la Oficialía Mayor de Desarrollo Humano, a la Dirección de Educación”, resalta el gerente de Emaverde.

Una vez que los tablones salen de los moldes, pasan al sector de carpintería donde se encargan de cortarlos y darles la forma de mesas y sillas para que sean de utilidad en las instituciones educativas.

Los matices de la madera puede variar según el color de plásticos que se hayan mezclado antes de meter al molde: pueden ir desde los más verdosos hasta los azulados o incluso con puntos rosados, esto por el plástico de polietileno de las bolsas de yogurt que consumen los niños.

El oficial mayor de Planificación para el Desarrollo del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, Álvaro Blondel, apunta que este proyecto está enmarcado en el tercer plan de desarrollo municipal que genera un eje específico, que es el de una ciudad sustentable y ecoeficiente.

“Este proyecto comienza con una visión que permita generar valores agregados, y que adicionalmente motive a la gente para empezar a trabajar en este proceso de separación de los residuos. A partir de ahí nace la plastimadera”.

Dada esta dinámica, la Dirección de Gestión Ambiental del GAM ha implementado, hace ya un mes y medio, aproximadamente, los puntos verdes barriales con los cuales se está trabajando todos los domingos de 09.00 a 13.30. “Estos puntos van a permitir a la gente llevar sus residuos y que nos dejen su material separado, en una primera instancia, plástico y papel”, según el funcionario.

De los residuos voluminosos

Blondel también asegura que a mediano plazo van a implementar un punto con una infraestructura más adecuada en la Avenida del Poeta, donde la gente podrá dejar otro tipo de materiales. “En muchas casas no saben dónde dejar los muebles viejos, ropa, computadoras, instrumentos electrónicos y por eso prácticamente botan estas cosas al basurero y ahí perdemos varios insumos para reutilizarlos”.

Por eso, Blondel indica que hay varias iniciativas que arrancan con este primer proyecto de plastimadera. Otro plan que se ejecuta de manera paralela es el monitoreo hídrico, que se lo está haciendo de modo más agresivo por el control realizado a las grandes industrias.

Además, se ha implementado hace poco un centro de revisión técnica vehicular. “Este trabajo nos va a permitir mejorar los niveles de polución de los vehículos que son justamente las fuentes que mayor contaminación del aire generan en el municipio”. Por último, según informa el Director de Gestión Ambiental de la GAM, el próximo año se va a trabajar en el reciclaje de llantas. “Estamos preparando todo para tener nuestra planta de reciclaje de llantas, que sirve para fabricar aceras suaves. Es un material especial parecido a la goma, como el que se pone en los parques para que jueguen los niños, porque en este material se caen y no se lastiman”.

Esta goma sirve además para hacer pasto sintético, para mejorar las aceras, las plazas, los parques y también para los asfaltos. A la par del proyecto de Plastimadera, también se recolectan pilas a las que se les hará un tratamiento especial, pues tienen que ser enterradas en el relleno sanitario en una celda.

A propósito del relleno sanitario, el de la ciudad de La Paz cuenta con el 85% de material reciclable, el 60% es orgánico y el 25% inorgánico.

“Nosotros vamos a registrar el material orgánico desde 2016. Estamos haciendo el proyecto para implementar una planta de producción de biofertilizantes coordinada con una planta de compostaje, porque como es el 60% es mucho volumen. Tenemos que tener la capacidad para administrar tanto residuo, por eso ya estamos preparando el proyecto”, dice Ledezma.

Así termina la visita de la materialización de un proyecto medioambiental, cuyo objetivo es el convertir desechos en nuevos productos para prevenir el desuso de materiales potencialmente útiles.



2 comentarios:

  1. hola muy interesante el articulo yo soy reciclador y me gustaria saber si alquien compra el plastico molido como esta en la foto

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  2. Necesitamos urgentemente tablas de plastimadera. Dónde podemos contactarlos? Gracias por la información

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