viernes, 17 de octubre de 2014

Los voluntarios que llevan la fauna boliviana en la piel

La mayoría nacieron a cientos de miles de kilómetros de distancia de Bolivia, pero eso cambió cuando despertó su compromiso con la fauna en riesgo. Esa vocación los trajo al país y los llevó a la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY) y al parque Ambue Ari en Santa Cruz, al cuidado de algún animal silvestre rescatado, surgieron lazos de por vida, al punto de quedar inscritos en su piel.

En el centro de custodia Ambue Ari, ubicado entre Asunción de Guarayos y Trinidad en el departamento de Santa Cruz, la mano de obra, el aporte económico, la comida con la que se alimenta a los animales, el agua que toma cada uno de ellos, son hechos relacionados con los voluntarios.
Se necesitan 50 voluntarios, además del personal estable de 18 trabajadores, para que el Ambue Ari funcione en condiciones óptimas al ser un centro de custodia privado. Pero, dependiendo de la época del año, la mayoría son extranjeros.
Los pagos que realizan los voluntarios son la fuente principal de financiamiento en la CIWY, componiendo el 85% del total de sus ingresos.
Cada voluntario paga un monto que comprende tres comidas al día, ropa de trabajo, el alojamiento, entre otros.

La administradora de Ambue Ari, la australiana Gill Maxwell, creó un lazo tan importante con el jaguar Carlitos que se tatuó el nombre del felino en la boca. Pero, ¿por qué tatuarse?
"Por que es uno de los seres más importantes para mí. Cuando un animal rescatado llega aquí con traumas, agresivo o enfermo, poco a poco, con el trato va cambiando. Creamos una conexión importante con cada uno, con su historia que se une a la nuestra”. cuenta Maxwell.
Lo mismo pasó con Angela Nanni de Inglaterra, quien lleva un tatuaje en la pierna derecha del puma llamado Popular. Como ellas, otros voluntarios y voluntarias se han tatuado los nombres o los retratos de los animales silvestres que cuidan.
Lazos a prueba de todo

Pasan la mayor parte del día con ellos, en medio de la selva protegida por los límites de las 800 hectáreas del parque, a los que llegan después de caminatas que pueden durar desde 20 minutos hasta alrededor de dos horas y a temperaturas que superan fácilmente los 35 grados centígrados.

Cuando los voluntarios asignados al cuidado de los felinos llegan a los recintos después de seguir un protocolo de seguridad, los alimentan y además esconden algo de la comida en diferentes puntos -dentro del lugar- para que estén activos y se ejerciten.
"Caminamos o corremos junto a ellos desde el otro lado de la valla, si hace mucho calor se sienta y yo lo hago cerca de él y leo algún libro”, cuenta Nanni.
Algunos de los felinos, los pequeños como los gatos Geoffroy, salen a dar paseos fuera del recinto con el propósito de que ejerciten, pero también para ayudar su estado de ánimo.
A pesar de su pasado difícil, de abandono o maltrato, a los felinos les gusta la compañía de los voluntarios y los reconocen. Muchos de ellos, han estado varias veces en Ambue Ari a cargo de diferentes animales.
Las voluntarias encargadas de los monos aulladores tienen que tener una naturaleza a prueba de vértigo porque pasan gran parte del día en las copas de los árboles, ya que para los pequeños monos es importante aprender las habilidades que desarrollarían en libertad junto a su madre. Las aves están más cerca del campamentos y es más fácil llegar a sus recintos. Ahí se ve trabajar a los jóvenes que hacen pasantías.
Aportes de los voluntarios

La directora de la CIWY, Tania Nena Baltazar, cuenta que el recinto de uno de los jaguares se hizo gracias al aporte económico de la familia de uno de los voluntarios que falleció.
"El voluntario fue Jonathan Andrews, su familia dice que su sueño siempre fue regresar al parque, y que extrañaba a los animales. Por ello, cuando falleció su mamá hizo una donación”, detalla Baltazar.

Los voluntarios se contactan con la institución Quest Overseas que organiza viajes para estudiantes británicos e internacionales durante su año sabático.
Desde 2001, la organización ha trabajado con la CIWY para proveer voluntarios y fondos.

La reconexión con la naturaleza que no se logra en las ciudades es tan fuerte, según dicen los voluntarios, que cambia la vida. Lo mismo pasa con los animales silvestres que descubren al llegar al Ambue Ari después de viajar desde el otro lado del mundo y que para muchos terminan tatuados en la piel.

Lo que se necesita para ser voluntario
En la web A la información para ser voluntario en uno de los tres parques a cargo de la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY) se puede acceder a partir de su página web www. intiwarayassi.org.
Puestos Los parques en los que trabaja la CIWY son Ambue Ari, Machía y Jacj Cuisi en donde también recibe pasantes y se ofrecen puestos de trabajo .
Trabajo Los voluntarios ayudan a limpiar, preparar comida y enriquecer los espacios de los animales.

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