domingo, 30 de junio de 2013

Vinto produce compost para evitar contaminación

Más de dos toneladas de desechos orgánicos se convierten diariamente en abono vegetal (compost) en el municipio de Vinto, lo cual reduce sustancialmente la cantidad de residuos que se depositan en el botadero municipal, instalado cerca de las orillas del río Rocha.

Este proyecto es similar al que se ejecuta en el municipio de Tiquipaya que también cuenta con el apoyo económico de la Cooperación Catalana, que financió la primera fase de estos proyectos, la cual consiste en la instalación de un sistema de aireación a través del cual se acelera el proceso de descomposición de los desechos orgánicos, como las cáscaras.

El encargado de la unidad de Residuos Sólidos de la Alcaldía de Vinto, Omar Terceros, explicó que: “La cooperación catalana nos ha ayudado a equipar la fábrica de compost con una inversión cercana a los 30 mil dólares, que forman la primera fase del proyecto y se comprometieron a apoyarnos con el financiamiento para la segúnda fase”.

Actualmente, la producción de compost en Vinto se realiza en cuatro plantas que funcionan de forma simultánea en zonas o comunas.

“Por la falta de un terreno grande no se puede centralizar la fábrica de compost en un sólo lugar”, añadió. Estas cuatro composteras producen en total alrededor de 40 toneladas de abono anuales.

Según explicaron los funcionarios de esta institución el principal beneficio que trae la fábrica de compost es la disminución de basura en el botadero, pues como se encuentra en las orillas del río Rocha mientras más material se deposite en la celda que construyeron allí, mayores son los riesgos de contaminación del agua del principal río de la región metropolitana de Cochabamba.

La fábrica de compost de Vinto, si bien ya cuenta con el sistema de aireación adquirida e instalada en las composteras comunales, todavía no está funcionando. Los nuevos equipos empezarán a operar dentro de algunos meses, ya que los responsables de este proyecto necesitan organizar mejor la logística de la fábrica. Esta situación provoca que la producción continúe trabajando de forma manual: volteando los residuos sólidos semanalmente para adelantar el proceso de descomposición. Sin la ventilación artificial, el proceso es el doble y tarda más de medio año en descomponer las grandes cantidades de basura orgánica, mientras que este proceso con ventilación reduce el proceso a tres meses.

“Nosotros no vendemos el compost que producimos, solamente lo utilizamos para embellecer los jardines del municipio que son arreglados por la Alcaldía”, dijo Terceros. Aclaró que con este mismo objetivo producen fertilizantes elaborados por las lombrices rojas californianas que también trabajan con los desechos orgánicos del municipio.

En Tiquipaya, la situación es diferente, pues si bien la planta de abono orgánico con la que cuentan produce hasta 40 toneladas de compost al año y usa como materia prima la basura de al menos 20 familias, del mercado, de una feria dominical y del cementerio, venden un metro cúbico de este compost (casi una tonelada) a un precio de 85 bolivianos. es adquirido sobre todo por los productores agrícolas de esta jurisdicción que aprendieron a apreciar este producto.

Este emprendimiento es el mayor esfuerzo del municipio para reducir la contaminación ambiental.

UN CAMIÓN PARA 50.000 HABITANTES

La Alcaldía de Vinto ha mejorado su sistema de recolección de basura con la adquisición de un nuevo y moderno camión compactador que presta el servicio a más de 50.000 habitantes.

Antes de contar con este camión, el servicio de recolección se realizaba con una volqueta que apenas tenía capacidad para transportar ocho metros cúbicos (casi ocho toneladas) de basura producida por la gente que vive en Vinto, mientras que la nueva compactadora tiene una capacidad de 19 toneladas, que es más del doble del antiguo vehículo.

A pesar de la mejora, los funcionarios de la empresa encargada de la recolecciónd de la basura consideran que el camión que tienen ahora no es suficiente para atender a la población, debido a que en Vinto las viviendas se ubicaron de forma muy dispersa, por lo que solamente pueden brindar el servicio a los que se encuentran cerca del centro urbano, mientras los que están más alejados no reciben atención.

RECICLAJE DE PLÁSTICOS

Otro mecanismo que encontraron los responsables del servicio de residuos solidos del municipio de Vinto para disminuir la cantidad de basura que se deposita en el relleno sanitario fue la de reciclar todos los productos de plástico, cartón, papel y vidrio que produce su población.

Según explicó el responsable de la empresa de residuos sólidos de la Alcaldía de Vinto, Omar Terceros, cada día su región produce aproximadamente 13 toneladas de basura de las cuales, dos se van a la fábrica de compost, porque se trata de residuos orgánicos y otras tres toneladas se destinan al proceso de reciclaje, con lo que solamente quedan 11 toneladas para desechar ya que logran aprovechar cinco.

El nuevo relleno sanitario de Vinto cuenta con una celda hecha en base a arcilla para el depósito de los desperdicios, para evitar que los lixiviados (agua negra en descomposición) terminen por depositarse en el cauce del río Rocha, contaminando sus aguas.


FÁBRICA DE FERTILIZANTES

La Alcaldía de Vinto compró un kilo de lombrices rojas californianas para producir fertilizante natural en base al empleo de basura orgánica. Actualmente, ya cuentan con más de 80 kilos de éstas.
Lombrices productoras de fertilizantes


La empresa municipal encargada de manejar los residuos sólidos de la Alcaldía de Vinto también se dedica a la producción de fertilizantes a través de la utilización de las lombrices rojas californianas, de las cuales tienen aproximadamente 80 kilos, que se emplean en la producción del abono.

Este fertilizante mejora notablemente la estructura de los suelos empobrecidos, contribuyendo a su estabilidad, compactando los suelos arenosos, y disgregando los suelos compactos. Asímismo protege contra la erosión por el aumento de retención de agua, favoreciendo el crecimiento de raíces.

Según explicaron en el municipio lograron producir zapallos de dos toneladas, cada uno, con el empleo del fertilizante que se produce en el municipio de Vinto.

SISTEMA DE AIREACIÓN

Las máquinas adquiridas con apoyo de la cooperación catalana servirán para reducir el tiempo de transformación de los desechos orgánicos en compost. El proceso se reduce de seis a sólo tres meses.
Ventiladores para mecanizar el proceso


Con la ayuda de la cooperación catalana se compraron ventiladores que serán instalados en un sistema de drenajes semisubterráneos para aerear los residuos sólidos sin necesidad de “voltear” las pilas en las que acopian estos desechos para lograr que se descompongan.

Estos ventiladores funcionan automáticamente, brindando 10 minutos de aire por 15 minutos de descanso las 24 horas y provocan que los residuos se descompongan en un lapso de cinco semanas, después esperan otras cinco semanas más para que el proceso de fabricación de compost termine de efectuarse con la higienización completa de la tierra vegetal que queda.

Durante el proceso de aireación los residuos llegan a una temperatura de 70 grados centígrados, en la que se eliminan todas las bacterias.


RELLENO MEJORADO

El botadero municipal de Vinto es uno de los más observados por las autoridades mediambientales por su cercanía con el río Rocha, ya que durante años contaminó las aguas que se emplean en el riego del valle bajo.
Celda de arcilla para aislar a los lixiviados


En Vinto, el vertedero está a 10 metros del río Rocha y al frente del antiguo relleno, en la zona de Alto Mirador. Cada día se echan 13 toneladas de basura sin clasificar.

Una inspección realizada por la Asamblea Legislativa Departamental en marzo de este año constató que en esa época no existía ningún tipo de tratamiento sanitario ni celdas de seguridad para evitar que los lixiviados (líquidos tóxicos que genera la basura) penetren al suelo y contaminen el agua.

Sin embargo, dos meses después de esta inspección se empezaron a efectuar acciones para subsanar esta situación, aunque todavía son muy incipientes y consisten en la creación de una celda de arcilla, en la que se depositan los desperdicios, para evitar que los lixiviados penetren el suelo de la zona, lleguen al curso del río Rocha y contaminen el agua.

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