lunes, 24 de junio de 2013

Polémica en Montevideo por los “clasificadores” de basura

Los clasificadores de basura que recorren a diario Montevideo, muchos de ellos en anacrónicos carros tirados por caballos, sorprenden tanto a los visitantes como preocupan a buena parte de la ciudadanía porque amenazan al tráfico y reflejan un drama social que, aunque minoritario, parece de difícil solución.

Según los últimos datos manejados por la Intendencia Municipal de Montevideo, hay 1.967 vehículos particulares de todo tipo que se dedican a esa tarea, aunque la mayoría son los carros tirados por caballos (738), carros empujados por personas (602) y carros con bicicletas (526).

Las cifras revelan que existen en total 3.188 clasificadores, como son comúnmente conocidos estos recolectores de residuos urbanos, muchos de los cuales viven en situaciones de pobreza, insalubridad y marginalidad social.

La cantidad de carros en circulación supera incluso la estimación de autobuses que a diario recorren la ciudad, en torno a los 1.500. Sin embargo, “las estadísticas no tienen en consideración los núcleos familiares de clasificadores, por lo que la cifra total de estos trabajadores podría ascender a alrededor de 21.000”, aseguró el presidente de la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos (UCRUS), Wálter Rodríguez.



Discriminación

El dirigente lamentó la “estigmatización” que padece ese sector social por parte de la sociedad y los medios de comunicación, y criticó las iniciativas surgidas para prohibir su actividad sin que se dé “una alternativa para los clasificadores y sus familias”.

Uno de los argumentos de los detractores de esos vehículos es el peligro que representan para el tráfico. Según las cifras que maneja UCRUS, en los últimos tres años se han visto involucrados en 370 accidentes de circulación.

El maltrato animal, la participación de menores de edad o la suciedad de muchas calles de Montevideo son también motivo de crítica de colectivos vecinales y grupos políticos.

Rodríguez pide que su labor “sea reconocida como profesión para tener acceso a coberturas sociales, como asignaciones familiares o aportes de jubilación”. También plantea como alternativa la implantación de “fábricas para elaborar productos a través del reciclaje de residuos para que los clasificadores no tengan que seguir trabajando en condiciones infrahumanas como hasta ahora”.

En respuesta, el edil de Montevideo Jorge Buriani, miembro del bloque oficialista de izquierdas Frente Amplio, partido que lleva más de 20 años al frente de la Intendencia Municipal, explicó que el gobierno local construye cuatro plantas de clasificación de residuos para este año y otras cuatro para 2014.

Según Buriani, las plantas darán trabajo al menos a 400 clasificadores, una cifra que UCRUS y los partidos de la oposición ven insuficiente. “El objetivo no es puramente solucionar los problemas de movilidad, es dignificar a estos profesionales que, a través del trabajo en estas plantas, van a cobrar un sueldo”, dijo. (EFE)

Problema social
Control En las escasas ocasiones en que las autoridades han intentado requisar los vehículos de los recolectores, la reacción ha sido contundente: los chatarreros han salido en masa con sus carromatos por el centro de Montevideo y colapsaron el tráfico en señal de protesta, la última vez en 2012.


Posturas El edil del opositor Partido Colorado, Andrés Ojeda, afirma que “este problema es la mayor preocupación de los montevideanos y el gobierno municipal no está haciendo nada para solucionarlo. No pueden seguir existiendo carros tirados por animales en una ciudad moderna, hay que acabar con ello por razones de dignidad de trabajo, maltrato animal y movilidad urbana”.

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