viernes, 30 de noviembre de 2012

Bolivia alberga el 43% de las aves de Sudamérica

Son 17 las especies que sólo se encuentran en Bolivia, otras 14 son consideradas casi endémicas. Por otra parte, algunas variedades también se encuentran en alguna categoría de alta prioridad: peligro crítico, vulnerable o casi amenazado. A pesar de no contar con hábitat marino, Bolivia presenta una alta riqueza de aves al contener 1.422 especies, lo que representa el 43% del total de las aves de Sudamérica, posicionándose como el sexto país con más especies en el planeta después de Indonesia y en el primer lugar entre los países sin acceso al mar, sostiene un informe de la Asociación Armonía denominado Estado de conservación de las aves en Bolivia.
En el territorio nacional se encuentran las familias de aves con mayor número de especies, como atrapamoscas, tangaras, horneros y pimpines; además de 12 especies de parabas, la mayor riqueza de este grupo concentrada en un solo país, según el reporte realizado por Armonía.
Asimismo, el documento indica que aunque la Amazonía boliviana es una ecoregión subinvestigada resguarda la mayor cantidad de aves del país con más de 760 especies, seguido por los Yungas.
Por tal motivo, se estima que en la transición de estas dos ecoregiones, más concretamente en el pie de monte del Parque Nacional Madidi, se encuentra la mayor riqueza local de aves en Bolivia y una de las más altas a nivel mundial con aproximadamente 600 a 700 especies en un área de 10 kilómetros cuadrados.

Especies endémicas
El endemismo de especies en términos geopolíticos es muy importante para resaltar la biodiversidad de un país. De acuerdo al documento, Bolivia se ubica en el sexto lugar con más especies endémicas en Sudamérica después de Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador. “Son 17 las especies que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta más que en Bolivia. Además, otras 14 especies son consideradas casi endémicas, ya que su rango de distribución general está presente en al menos un 90% del territorio nacional”, señala el reporte.
Afirma que cada una de las aves presentes en el país tiene una función trascendental en todas las ecoregiones y se las puede considerar un grupo taxonómico idóneo para la identificación de problemas de conservación y para la determinación de la salud de los ecosistemas.
Indica también que en la región centro-oeste de Bolivia, en los Andes bolivianos, se encuentra concentrada la mayor cantidad de aves endémicas del país.
En este sentido, en la ecoregión de los Valles Secos Interandinos sobresalen siete de esas especies: la Cotorra Boliviana (Myiopsitta luchsi), la Paraba Frente Roja (Ara rubrogenys), el Chiruchiru de las Tiqueras (Cranioleuca henricae), el Canastero Paceño (Asthenes berlepschi), la Bandurrita Boliviana (Tarphonomus harterti), la Monterita Boliviana (Compsospiza garleppi) y el Tordo Boliviano (Oreopsar bolivianus).
De igual manera, explica que la misma cantidad de especies endémicas se encuentra en la ecoregión de los Yungas, incluyendo el área de transición entre Yungas y Puna, con siete especies importantes como el Pilisto (Pauxi unicornis), el Colibrí Negro Lomiverde (Aglaeactis pamela), el Colacardo Boliviano (Schizoeaca harterti), la Gralaria Boliviana (Grallaria erythrotis), el Matorralero Rufinucha (Atlapetes rufinucha), la Palkachupa (Phibalura boliviana) y la Diglosa Carbonaria (Diglossa carbonaria).
Por otra parte, en la zona de las tierras bajas de Bolivia el endemismo es más pobre. Los Llanos de Moxos presenta la Paraba Barba Azul (Ara glaucogularis) y el Zorzal Boliviano (Turdus haplochrous), mientras que la Amazonía alberga el Tororoí Enmascarado (Hylopezus auricularis).

Áreas para la conservación
El reporte destaca que las aves ayudan a identificar áreas prioritarias de conservación o sitios críticamente importantes para la biodiversidad a nivel global, a los cuales denomina Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (IBA, por sus siglas en inglés).
Estas IBA se identifican a nivel nacional a partir de información recopilada localmente, mediante una serie de criterios internacionales, que se basan en la presencia de una o más especies de aves globalmente amenazadas de extinción, con rangos de distribución restringida, especies exclusivas de un bioma (comunidad ecológica en la que domina un tipo de vegetación), y aves que se congregan en grandes números.
En las IBA se pueden encontrar regularmente una parte significativa de la población de una o varias especies de aves consideradas globalmente prioritarias para la conservación. Hasta el momento, según el reporte, se han identificado 50 IBA en el país, las cuales cubren 228.865 kilómetros cuadrados; es decir, aproximadamente el 21% del territorio nacional.

En peligro de extinción
En Bolivia, algunas especies se encuentran en alguna categoría de alta prioridad: 13 en “peligro crítico”, 21 en “vulnerable” y 44 en “casi amenazadas”, de acuerdo a una evaluación realizada por BirdLife International, la autoridad oficial que evalúa el riesgo de extinción de cada especie de ave para la “lista roja” de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Asimismo, de 221 especies de aves prioritarias, identificadas en un trabajo realizado entre investigadores de diversas instituciones en coordinación con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, 42 se encuentran en alguna categoría de amenaza alta.
El estudio señala que el incremento acelerado de las presiones humanas como la destrucción y degradación de los ecosistemas, está ocasionando que muchas especies se encuentren cada vez más amenazadas y sus poblaciones se reduzcan a un nivel dramático. “Muchas de estas especies podrían llegar a desaparecer si no se toman medidas sólidas de conservación”, agrega.

Proveedoras de servicios ecosistémicos
Las aves son apreciadas tanto por su valor estético como por aportar bienestar humano con la provisión de servicios ecosistémicos extraordinarios. Algunos grupos de aves como los frugívoros, entre los cuales se encuentras las parabas y loros, cumplen un importante papel en la dispersión de semillas de especies arbóreas y palmeras.
Las especies carroñeras, como los suchas y cóndores, tienen la función sanitaria de limpiar los desechos orgánicos y de esta manera ayudan con el cuidado de la salud ambiental. A su vez, los picaflores se encargan de la polinización de muchas especies de plantas entre las que se incluyen las medicinales.
Otras aves benefician al hombre directamente al controlar el tamaño poblacional de especies consideradas como plagas, en este grupo se encuentran las rapaces, como los chuvis, águilas y búhos, los cuales se alimentan de roedores; mientras que los insectívoros ayudan a controlar las potenciales plagas de los cultivos.

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