jueves, 16 de agosto de 2012

Reciclaje y compostaje doméstico ayudan a cuidar el medio ambiente

Las diferentes formas de reciclar ya sean envases metálicos, plásticos, de cartón y papel al igual que el uso de los residuos de material orgánico como abono o compostaje doméstico, son dos opciones que sin mayores problemas pueden constituirse en mecanismos para ayudar a cuidar el medio ambiente.

En el mundo se utilizan millones de envases que traducidos en peso se constituyen en toneladas de desechos que terminan contaminando la tierra, el agua y aire, desde donde el hombre toma sus fuentes de alimentación.

Las técnicas de reciclaje se dan hasta donde la imaginación lo permite, desde la reutilización de los envases, como las bolsas plásticas, hasta la creación de objetos para uso doméstico y hasta industrial.

Entre tanto el compostaje doméstico, conocido como la autogestión de residuos orgánicos domiciliarios es una alternativa ecológica y sostenible. En cada hogar existen residuos biodegradables como los restos de hojas en los jardines o los residuos de alimentos que se convierten en un recurso valioso para mejorar la calidad de los suelos que se mantendrán sanos por más largo tiempo.

Utilizando estos materiales orgánicos tras un proceso de descomposición, sepultados bajo tierra, en los jardines, y luego que los microorganismo "hacen su trabajo" se da lugar a un producto final que contiene nutrientes que fortifican la superficie terrestre.

BOLSAS PLÁSTICAS

Un agente contaminante fuerte son las bolsas plásticas, útiles particularmente en el momento de realizar compras, pero tras esa su efímera utilidad son objetos peligrosos para el medio ambiente, pues por lo general terminan flameando en campos abiertos o como parte del material depositado en los rellenos sanitarios, donde demoran en degradarse cientos de años. Se podría decir que el plástico está asfixiando a la tierra.

Una alternativa planteada por entidades que realizan estudios y formulan paliativos y soluciones, es que el costo de la bolsa plástica sea aplicada al comprador final, de manera que al demandar un gasto, pueda evitarse su uso, ya que incluso existe la costumbre de "pedir bolsita" por compras mínimas.

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