domingo, 1 de abril de 2012

El objetivo de La Hora del Planeta es reflexionar sobre el calentamiento global y el medioambiente.

El compromiso hizo los números, y los números convirtieron a La Hora del Planeta en el mayor evento de sensibilización sobre el impacto ambiental. Santa Cruz de la Sierra es una de las más de 6.000 ciudades en todo el mundo que se sumaron a la campaña.
Es simple. Hay que apagar, durante una hora, todo artefacto que no se esté utilizando. Fue lo que repitieron los organizadores ante un millar de personas que anoche se dio cita en la plaza 24 de Septiembre.

Las luces de varios edificios que rodean la plaza y el alumbrado público crearon una semipenumbra interrumpida solo por las velas que portaba el público. Se formó, con velas, un gran número 60, por el número de minutos que se corta la energía, y un signo ‘+’, para mostrar que es necesario ir más allá de esa hora y hacer compromisos durante todo el año.


Personal de WWF, que lleva adelante la iniciativa, repartió papelitos en los que se debía señalar el nombre, un correo electrónico y los compromisos que cada persona estaba dispuesta a hacer.


Hubo un sencillo programa artístico en el que participaron grupos de música y teatro. Los niños José Alfredo y Cristian Osinaga (Kikirikí y Titito) recitaron algunos versos jocosos; el grupo de teatro Catástrofe presentó un corto para reflexionar acerca de la excesiva dependencia de los medios masivos; Oxígeno, que participa desde que empezó La Hora del Planeta, en 2008, no faltó a la cita; Libélula mostró un diálogo dirigido a los niños.


Decenas de voluntarios estuvieron presentes. Un grupo de alumnos de la Utepsa se organizó para asistir, por su cuenta, al evento. Grupos de la Ucebol, Udabol, Nur, Upsa, Domingo Savio y la Uagrm llenaron el escenario, instalado en el frontis del Museo de Interpretación Turística. El evento se repitió en otras ciudades de Bolivia.

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