lunes, 30 de enero de 2012

Sequía en el Pacífico Sur obliga a recurrir a agua embotellada

Los cultivos se marchitan, las escuelas han cerrado sus baños y los funcionarios se asean en lagunas debido a una severa escasez de agua potable en una franja del Pacífico Sur, informó el portal elperiodiquito.com que cita a la agencia de noticias AP.

Los archipiélagos de Tuvalu y Tokelau han declarado emergencias, dependen del agua embotellada y buscan más plantas desalinizadoras. Partes de Samoa han comenzado a racionar el agua.

El suministro de agua potable ha descendido precariamente tras una severa falta de lluvias en una región en la que las fuentes subterráneas se han contaminado con agua salada a causa de la elevación de los mares, que los científicos vinculan al cambio climático.

Aunque nadie ha sufrido sed todavía, las autoridades están preocupadas por la logística para abastecer a cada persona con suficiente agua a fin de que sobreviva y ante los problemas potenciales de salud que pudieran surgir. Y persiste la interrogante sobre la forma en que las islas maniobrarán a largo plazo.

"Oramos para que las cosas cambien", dijo el funcionario Jovilisi Suveinakama, quien se encuentra en Samoa.

Las islas atraviesan un periodo de sequía debido al bajo nivel de lluvias que han tenido en seis meses. Los científicos del clima aseguran que esta sequía forma parte de un patrón climático cíclico en el Pacífico conocido como La Niña, y pronostican que la situación no amainará en los próximos meses, sino que persistirá el mismo patrón.

La elevación del nivel de los mares agrava el problema debido a que el agua salada se filtra en las fuentes subterráneas de agua dulce, la cual se extrae desde pozos.

En los tres principales atolones que conforman el remoto archipiélago de Tokelau, los 1.400 lugareños se quedaron sin agua dulce la semana pasada y dependen de un suministro de agua embotellada para siete días que se les envió desde Samoa, dijo Suveinakama.

Algunas escuelas ya no tienen agua potable y los estudiantes a menudo regresan a su casa si necesitan utilizar el sanitario, agregó.

"En cuanto a las labores domésticas, como lavado de ropa, todo se ha suspendido", afirmó. "Somos cautelosos de la situación debido a los posibles problemas de salud".

Suveinakama dijo que Tokelau, territorio de Nueva Zelanda, ha canalizado recursos de emergencia para la compra de máquinas desalinizadoras que convierten el agua salada en agua potable. El funcionario expresó confianza en que las máquinas sean enviadas pronto a las islas.

En Tuvalu, una nación de menos de 11.000 habitantes formada por atolones de muy baja altura, el dirigente del equipo de la Cruz Roja, Dean Manderson, describió la situación como "bastante terrible".

Manderson dijo que en la isla de Nukulaelae sólo quedaban 60,5 litros (16 galones) de agua dulce para 350 habitantes y que la Cruz Roja había dispuesto el envío de dos maquinas desalinizadoras pequeñas.

Dijo que gran parte del agua extraída de pozos en Tuvalu no es apta para consumo humano porque la contaminó el agua salada.

El gobierno de Nueva Zelanda transportó a Tuvalu un envío de la Cruz Roja de agua potable y máquinas desalinizadoras en un avión de carga C-130 de la fuerza aérea. Varias autoridades, como el alto comisionado Gareth Smith, también viajaron para evaluar la situación.

Smith dijo que en Tuvalu los cocoteros se ven enfermos y que el fruto del árbol del pan, que crece en los árboles, es mucho más pequeño de lo normal. Dijo que otras frutas y verduras locales, como el taro gigante, no tienen un crecimiento correcto o hay escasez de ellas.

Dijo que las personas en la capital de Funafuti reciben una ración de dos cubos de agua por día y que los ministros del gobierno se bañan en una laguna para preservar el líquido.

Los lugareños de Funafuti dependen en gran parte para su suministro diario de agua de una maquina desalinizadora grande, dijo Manderson. La Cruz Roja ha ayudado a mejorar el funcionamiento de la máquina y emprendió la compostura de otras que están averiadas.

El científico del clima neocelandés James Renwick dijo que los problemas por falta de lluvia se remontan a hace 12 meses, cuando la región comenzó a experimentar uno de los fenómenos más severos de La Niña de que se tenga registro.

La Niña ocurre debido a un aumento de la fuerza de los vientos que soplan hacia el este a causa de diferencias mayores a las normales en la temperatura del mar en el Océano Pacífico, dijo Renwick.

Este fenómeno provoca que las lluvias se desplacen hacia el oeste y genera sequías en lugares como Tuvalu y Tokelau.

En 2010, La Niña amainó en junio pero se fortaleció de nuevo poco antes de la temporada lluviosa de noviembre, dijo Renwick, lo cual significa que no hay respiro a la vista para los archipiélagos como Tuvalu, Tokelau y Samoa.

"Persistirán las lluvias débiles al menos hasta finales de año", expresó Renwick.

Las autoridades dijeron que están concentradas en los problemas del suministro de agua potable a corto plazo y no han tenido tiempo de diseñar soluciones a más largo plazo para las islas.

Sin embargo, consideraron que la elevación del nivel del mar y la escasa lluvia hacen que la vida sea cada vez más precaria en las islas.

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